El teatro es una herramienta poderosa para el desarrollo integral de los niños, especialmente aquellos que enfrentan desafíos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
En el Club DIVER-T de la mano de la actriz May Guzmán ofrece la posibilidad a través de diversas actividades y dinámicas, no solo teatrales, los niños pueden explorar su creatividad mientras adquieren habilidades esenciales que les ayudarán a interactuar mejor con su entorno y compañeros. Puedes ver más información de May Guzmán pinchando aquí
Una de las principales ventajas del teatro es que promueve la gestión emocional. Los niños tienen la oportunidad de expresar sus sentimientos y emociones en un ambiente seguro y controlado. Esto es fundamental para aquellos con TDAH, quienes a menudo luchan con la regulación emocional. A través de la actuación, pueden aprender a identificar y manejar sus emociones, lo que les permitirá tener una mejor comprensión de sí mismos.
Además, el teatro fomenta la escucha activa y la comunicación asertiva. Estas habilidades son cruciales para el desarrollo social de cualquier niño, pero son especialmente importantes para aquellos que pueden ser impulsivos o hiperactivos. En un entorno teatral, los niños deben prestar atención a sus compañeros y responder adecuadamente, lo cual les enseña a considerar las perspectivas de los demás y a trabajar en equipo.
El uso de actividades artísticas, como la construcción con LEGO, juegos de mesa, complementan la experiencia teatral al proporcionar un enfoque más amplio para el aprendizaje social. Estas dinámicas permiten que desarrollen habilidades sociales en un contexto lúdico y divertido. Aprender a compartir, colaborar y resolver conflictos son competencias que se adquieren naturalmente cuando los niños se involucran en juegos grupales.
Es común que los niños con TDAH tengan dificultades para empatizar o ponerse en el lugar de otros. En el club teatral DIVER-T, se busca precisamente cultivar esta empatía. Al interpretar diferentes personajes y situaciones, los niños pueden explorar emociones ajenas y aprender a entender las experiencias de otros. Esta práctica no solo mejora sus relaciones interpersonales, sino que también les ayuda a sentirse más conectados con su grupo.
En resumen, el teatro ofrece un espacio único donde los niños con TDAH pueden desarrollarse personal y socialmente. A través de actividades artísticas y dinámicas interactivas, aprenden habilidades cruciales como la gestión emocional, la escucha activa y la empatía. En definitiva, el teatro no solo enriquece su vida cultural; también les proporciona herramientas valiosas para enfrentar los desafíos diarios que surgen debido a su neurodiversidad.
